jueves, 3 de noviembre de 2011

Penitenciagite

Éramos una docena de hombre buscando a los asaltantes, con cierta dificultad. No eran estúpidos, conocían la zona y aprovecharon que Râhin tenía que ir al pueblo y volver con la ayuda para borrar su rastro. De vez en cuando, el mago, Lumen dijo que se llamaba, por no se que cuentos de su aura, que al proceder de un antiguo linaje de hechiceros, esta despedía continuamente maná y era luminosa como la luz del sol en un día de verano y creo que algo más, yo estaba atendiendo el camino y no le escuchaba mucho.... de vez en cuando, decía, señalaba alguna rama o brizna de hierba pisada y pronunciaba un “Todavía no les hemos perdido la pista, caballeros”. Era algo curioso, dado que las personas que íbamos delante eramos una montaña de alimañas muertas que cubrían a un cazador y yo.

Después de unos minutos de caminar, vi hacia donde nos dirigíamos:

- ¡Escuchad! -vociferé- Los bandidos se dirigen a las cuevas al oeste del “Camino del hombre cojo”, había oído rumores que ahí se estaban reuniendo un pequeño número de bandas locales, así que será mejor que nos dejemos de seguir rastros y empecemos a corres para alcanzar a nuestros ladrones, o nos tendremos que enfrentar a un reto mucho mayor.

- ¿Y cómo sabe usted eso? -Lumen se me había acercado durante mis palabras- ¿Eh? ¿Por qué deberíamos confiar en usted?

- En primer lugar, puedes tutearme, yo lo haré, y contestando a tu pregunta... es sencillo, viviendo aquí. No obstante, creo que aunque llevaras en el pueblo más tiempo no te enterarías de lo que ocurre en él, es difícil que tus libros cuenten lo que ocurre a tu alrededor.

Nuestros compañeros de búsqueda nos observaban expectantes. Algunos empezaron a mirarme mal... es divertido meterse con las figuras de admiración de la gente.

- Noto cierta mal intencionada soberbia en sus palabras, como si lo que soy le irritase en demasía. No se preocupe, la envidia y el temor a lo desconocido suelen provocar esos nefastos sentimientos.

- ... -tuve que bajar la cabeza- sí... sí lo reconozco, he de admitir que la incomprensión y la envidia, todo sea dicho, me han cegado y le he incordiado con datos que un extranjero es normal que desconozca. En ningún momento he pretendido ofenderle y si esa ha sido la impresión lo lamento en lo más profundo de mi alma. Soy consciente de que su saber es cuasi infinito y que posee conocimientos de gran valor... y hablando del tema -saqué una moneda de uno de mis bolsillos mostrando la sonrisa que había intentado maldisimular- tengo este doblón de oro del reino de Aâran... ¿Me podría dar el cambio en centavos?

1 comentario:

  1. Me encanta el protagonista xDDDDDDD divertido no, es divertidisimo meterse con las figuras de admiración de los demás xDDDD

    y.... que FTW?? cambio en centavos??? y ahora me tengo que esperar??? Odiote!!!

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