En la otra punta de la mesa, unos labios se posaron sobre una copa, no por que tuvieran sed, si no por que su propietario tenía que calcular cual sería su próximo movimiento.
La mesa donde estaban sentados era una mesa larga, de esas que solo sirven para colocar una silla en cada punta. Tanto unas como las otras eran de piedra gris tallada, con escenas de niños jugando a la pelota, familias cultivando trigo, hombres emborrachándose, reuniones familiares de festividades diversas... pero aunque las imágenes eran alegres, al igual que una niña pequeña sonriente con vestido, con la iluminación adecuada, la visión era aterradora.
El invitado dejó la copa, entrecruzó las manos delante de su cara y sonrió. Contradecir a la anfitriona sería admitir que estaba en un problema y eso era algo que no se podía permitir.
Grandiosa frase final!
ResponderEliminarJajaja, gracias hombre, espero que las actualizaciones posteriores también gusten.
ResponderEliminarPues mola. Dale caña nen, que no tengo nada nuevo que leer y esto promete.
ResponderEliminarJejeje, si todo va bien este jueves actualizo
ResponderEliminarCojona!! no sabía por donde pillarlo al principio xD
ResponderEliminarJeje, ya, es un inicio un poco brusco
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